Algo incrédulos con las declaraciones del consejero de Cohesión Territorial para justificar la necesidad de peajes en Navarra, así como con su falta de iniciativa para escuchar o trabajar con un sector que ha llegado al límite y se ha visto obligado a parar recientemente y casi en diciembre del año pasado, escribimos unas líneas ante la falta de argumentos para implantar peajes en nuestra comunidad.
Aclaramos, antes de nada, que no ha habido diálogo, y mucho menos acuerdo con el sector, para imponer esta medida. Lo primero de todo, no se puede atribuir el fracaso de los planes de carreteras anteriores a la ausencia de peajes, porque se estaría incurriendo en una falacia de causalidad. Los planes de carreteras anteriores han fracasado porque se realizó una priorización del presupuesto que no estimó la importancia del mantenimiento y mejora de las carreteras como se había concretado en el plan, de forma que se centraron únicamente en las inversiones de la A-12 y la A-21, no dando importancia a la movilidad, libre circulación y cohesión territorial general.
Escurrir el bulto de esta mala gestión al sector del transporte mediante un sistema de pago por uso a los transportistas y empresas de transporte no va a solucionar el problema de mala gestión del presupuesto; sino que va a aumentar los gastos de todos los ciudadanos por encarecerse el transporte, en un momento, además, de inflación y situación económicamente sensible para muchas familias. No entendemos el atrevimiento de anunciar una medida así un mes después de un paro parcial del sector por la insostenibilidad de su situación. Incluso el Gobierno Central lo ha entendido y ha retirado el plan de peajes previsto. Si el transporte no tiene garantías de subsistir, tampoco lo tiene el resto de la cadena de suministro. De hecho, una de las 20 medidas acordadas para desconvocar el paro patronal del transporte en diciembre fue la de no implantar peajes sin un consenso previo con el sector. Y menos entendemos todavía que, si con el criterio del Gobierno de “quien usa paga”, las carreteras las usamos sólo los transportistas en Navarra, no se nos consulte; aunque sea para dialogar sobre las prioridades de nuevas obras y las necesidades de mantenimiento. Nos preocupa, asimismo, el anuncio de esta medida, y el silencio ante medidas adicionales que garanticen el transporte en su totalidad; como qué pasará a partir de junio, cuando termine la ayuda al sector de los 0,20 euros por litro de carburante.
También nos preocupa la falta de atención y lentitud para tratar, con la urgencia que requiere, el tema de las licitaciones en las que se está ahogando a las empresas de transporte de viajeros, que continúan realizando su labor sin haberse actualizado los contratos de servicios ante el incremento de un 16,5% del gasto estimado, mientras siguen sin recuperar los niveles generales de viajeros previos a la pandemia. Bien sabemos que la situación es difícil para todos. Solo pedimos un mínimo de seriedad, transparencia y respeto hacia un sector comprometido con su labor social y que, aparte de no recibir este reconocimiento, se encuentra con una medida impuesta, que son los peajes, y que van a desmejorar la situación económica de todos los navarros en una actualidad de inflación continuada.
A tiempo de dialogar, esperamos una rectificación de la imposición de peajes como se ha hecho por el gobierno español.
Artículo de Miguel Suárez, presidente de ANET, Ildefonso Gámez, presidente de TRADISNA, Ignacio Orradre, secretario general de ANET, Alberto Latorre, coordinador de TRADISNA
